África

En 2015, Flor Franchini, una fotógrafa de Buenos Aires, viajó a Tanzania para hacer un voluntariado en un orfanato, a través de la Fundación Lohada.

Antes de viajar, organizó una subasta de arte para recaudar fondos y poder aportar algo más. Convocó a varios artistas y la subasta fue un éxito.

Estando en África, se dio cuenta de la falta de mensajes positivos, de enseñanzas, que había entre los chicos. Y decidió utilizar el arte como medio de comunicación.

Juntos, Flor y los chicos pintaron las paredes del orfanato con inscripciones inspiradoras y útiles.

Fue así como comprobó el poder del arte en la generación de vínculos positivos, la mejora de las relaciones interpersonales, la conexión y el entendimiento que facilita y – especialmente – su la perdurabilidad.